lunes, 7 de marzo de 2011

Futuro incierto.

allá donde mis pasos me lleven.


La medicina es en mi opinión una de las más gratificantes profesiones que pueden existir, y es por ello que yo decido emprender este largo y complejo camino que muchos otros recorrieron antes. Ser médico es, para mí, más que una simple profesión, es un proyecto de vida. Sus pilares básicos encienden en mí un afán de superación, la infinita cantidad de información presta por descubrir, el hecho de conseguir comprender algo tan grande como es nuestro complejo reloj biológico y adquirir la capacidad de dominarlo en algún sentido, hacen que esta ambición por conocer, comprender, y aplicar este conocimiento aumente día a día. El hecho de poder ver la vida en todas sus etapas, ver su evolución desde todos los ángulos, entenderla a nivel anatómico y fisiológico, me ayudará a comprenderla después psicológica y personalmente. Lograr luchar contra la muerte de alguna forma, poder ponerle un límite transitorio, y preservar algo tan valioso, único y codiciado como es la vida, en mi opinión se valora considerablemente, además del crecimiento personal que ello supone.

Contemplo el hecho de que requiere dedicación, constancia y sacrifico, más opino que lo que te aporta a nivel personal lo supera con creces. Y es por todo esto por lo que quiero ser médico. Por la grandeza que esto supone, quiero ser médico aquí, a 5000 km de distancia, al otro lado del océano, en el mundo entero, y en cualquier lugar donde haya un ser humano. Esta es una profesión que me reafirma, me libera, me engrandece, no me ata ni a culturas, ni a idiomas, ni a naciones, prejuicios, clases sociales, o bienes materiales algunos. Un médico, contribuye para y con el mundo, se vincula, se brinda a la humanidad en cualquier momento y en cualquier lugar. Por todo esto quiero ser médico, por su universalidad, por su humanidad, por su sencillez y su complejidad.



Una conducta ensimismada.
M.F.P.

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