domingo, 13 de marzo de 2011

Libra.

reflejo de sentimientos humanos.

Veo el sufrimiento en sus ojos, el dolor en sus palabras, la nostalgia en sus gestos, y una pizca de incierta esperanza en la mirada. Un temporizador cuya cuenta atrás ha empezado y no sabe si llegará a cero o no. En realidad no sabe si hay esperanza, no tiene claro si seguir luchando o empezar a olvidar. Vive día a día de esa incertidumbre que le impide ser feliz, que le impide vivir, disfrutar, brillar, al menos a jornada completa. Condiciona su vida por una posibilidad, que le puede ofrecer esto que tanto ansía, pero que ni tan siquiera tiene claro que se llegue a dar. Su voz denota tristeza, y la insatisfactoria felicidad parcial, unida a una esperanza que pende del hilo del coraje apagan día a día ese brillo interior que había, van extinguiendo su luz natural. Sus gestos, palabras, voz, mirada perdida, expresión abatida, e intento de autoconvicción consiguen desgarrar cualquier alma. No hay coraza que te proteja, sientes su dolor en lo más profundo de tu ser.

La voz cansada sigue gritando en silencio que no es justo, un grito ahogado que nunca llega a salir y nadie llega a oír, o que nadie quiere oír. Nunca ha sido juzgada la parte contratante, porque no se ha visto maldad en ello sino  miedo, falta de coraje, y aún así la inmoralidad del contrato es innegable. Vemos que la parte contratada sufre, y esta vez no lo merece. 

No queda nada... ya no hay nada que perder. No hay vínculos que encadenen, al menos ninguno cuya cadena esté en buenas condiciones y pueda anclar con firmeza. Todo es óxido y putrefacción. Un continuo desgaste de la cuerda y un continuo desgaste de un ser en el proceso. Inventemos un armazón de hierro que proteja nuestra alma, o quizás mejor de titanio, que es mucho más resistente y tarda más en oxidarse. Hay mucha fortaleza, pero debemos saber detenernos antes de que nuestro ser se desmorone cual muralla derribada ante la superioridad del enemigo. Aprendamos a aceptar unos límites para esa fortaleza, y procuremos no sobrepasarlos.

Consejo: El diálogo. Evitar la incertidumbre. Cabe la posibilidad de perder, pero siempre cabe esa posibilidad y hemos de tener presente que también se puede ganar, la cuestión está... ¿Está la parte contratada dispuesta a jugar? Amor y juego, el amor es muchas cosas. Es confianza, es vida, es conflicto, es locura, es razón, y es, en parte, juego. Si quieres, surge una capacidad de dejarlo todo, enfrentarse al mundo entero, tirarse al vacío de cabeza, romper las leyes de la naturaleza, sin importar lo que se pueda perder por el camino...  Aquí es donde empieza otro conflicto. ¿Será la respuesta que esperamos recibir igual y de sentido contrario a la que somos capaces de ofrecer? Mucho es lo que damos, y no es poco lo que esperamos.

Un grito ahogado.
M.F.P.

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