jueves, 16 de junio de 2011


"Las casualidades no existen". Así de simple, así de tajante, así de dogmático. Y sin embargo ha conseguido desencajarme. Ella es Carlota, y no se si es el tono de su voz, despreocupado, sincero, inocente, o sus ademanes, libres sin poder serlo, lo que me deja  tan descolocada. Tiene una forma de ser muy peculiar, y unos altibajos emocionales patentes. Hoy la he visto enormemente apagada, y sin embargo, no me extrañaría en absoluto que al anochecer brille como una estrella, y quiera volar a la luna. La inocencia de un niño en la madurez de un adulto. Necesita proteger sin embargo, está desacostumbrada a que la protejan. No sé que es exactamente aquello que me hace tan cómoda su cercanía. En realidad si que lo sé. Su transparencia, su sinceridad, su honestidad, cualidades que persigo por doquier y me cuesta mucho encontrar. Carlota las tiene. Representa ahora mismo, una esperanza para la humanidad. Es luz, de hecho, estoy pensando que sus padres se debieron equivocar al escoger su nombre. Quizás se debería llamar Clara, Blanca, o incluso Luz. Aún así Carlota es un nombre que me gusta, representa inocencia. Sí, le define en cierto sentido.

¿Porque Carlota piensa que las casualidades no existen? ¿Porque lo ha dicho de forma tan mecánica y sin dudarlo ni un instante? Yo dudo mucho a la hora de hacer este tipo de afirmaciones. La casualidad. Es algo parecido a la libertad, un concepto efímero, perteneciente a la metafísica. Por tanto nos sería imposible clarificarla según las categorías kantianas. La casualidad es más bien algo parecido a la suerte, una causalidad desconocida según Aristóteles. No estoy segura de entenderlo del todo, sin embargo Igor no se ha dignado a explicármelo. Tengo que acordarme y preguntárselo a Orión cuando le vea. Volviendo a la suerte y la casualidad, últimamente hacen acto de presencia muy a menudo en mi vida. Yo creo, que existe, bajo una forma u otra. La casualidad explica las circunstancias. Si algo existe es porque en un momento dado, casualmente hemos hecho acto de presencia o hemos tomado una decisión, pudiendo haber seguido un camino completamente opuesto al que decidimos seguir en su momento. Esto es la casualidad, el haber hecho una elección y no cualquier otra. Y este último año, las casualidades en mi vida han sido muchas, y tienen un peso muy notable. Creo, ahora mismo al menos, que todas han sido positivas. ¿Será esto la suerte? ¿Causalidades cuyo resultado nos complace? Quien sabe.

Sí, esto es exactamente lo que necesitaba. Escribir. Puede que al fin y al cabo si que me sea útil, puede que esto me ayude a ser yo misma, o a forjarme a mi misma con la mirada centrada en todos los detalles. Así estoy atenta a los errores y a las necesidades, para que no se me escape ninguno.

Metamorfosis.
M.F.P.

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