viernes, 17 de junio de 2011


Las horas fluyen como el agua de un río. Sin horarios el tiempo es libre, no tiene cadenas, no lo podemos controlar. Es una sensación muy extraña. No salgo de casa sin un libro. Lo llevo siempre conmigo, y me siento en cualquier puerta con las piernas cruzadas a dejar que el tiempo siga corriendo mientras leo. Es mi pasaporte, una salida de emergencia. Si la situación te resulta incómoda, te apartas y lees. Si la conversación es tediosa, te apartas y sigues leyendo. También me gustaría apartarme y leer siempre que sale a relucir mi estado de ánimo. ¿Porque tiene tanta importancia? ¿Porque reincidir una y otra vez en lo mismo? Aunque nos caracterice la vitalidad, siempre habrán periodos de tranquilidad, meditación, vagabundeo. ¿Porque esa necesidad obsesiva por estar siempre en la cima? Necesito tocar el suelo con los pies para andar sobre algo firme y volver a impulsarme para tocar el cielo. 

Sentir demasiado a menudo la necesidad de apartarse y leer significa algo, y no estoy segura de que sea del todo positivo. ¿Qué querrá decir? Estoy segura de que lo sé, pero prefiero no ponerlo por escrito, porque cuando escribo algo es cuando lo termino de asumir, y no quiero asumir esto. Es imposible.

Metamorfosis
M.F.P.

1 comentario:

  1. ¡Jolín! ¡Estás que te sales Popper! El primero párrafo es taaaaaan verdad.. :O!!!

    ResponderEliminar