martes, 4 de octubre de 2011

¿Por qué estoy precisamente aquí?

Estoy en filosofía por todo. Aunque estando por todo lo que me rodea implica no tener una razón, luego estoy por todo y por nada. Es una contradicción, al igual que mi vida y mi estado de ánimo. 

Vengo aquí, a lo que en teoría es la fuente del saber (a lo que yo considero la fuente del saber), simplemente para saciar mí sed, porque lo necesito, porque busco un crecimiento personal que no puedo encontrar en ningún otro sitio. Necesito encontrar respuestas, quiero tener una respuesta para todas esas preguntas que se presentan a media noche y no te dejan dormir, y para aquellas que sólo los niños saben formular y ningún adulto contestar. Busco resolver mis propias contradicciones internas, quiero saber porque las tengo. Quiero saber el porqué, conocer el origen de las palabras, las costumbres, el pensamiento, la humanidad. Eso es, busco conocer el trasfondo de la humanidad. 

También estoy estudiando filosofía porque me siento terriblemente sola en la sociedad. Tenemos compañía, por supuesto, pero hoy en día es todo tan banal… Es un sinsentido. No me siento identificada con la sociedad, con la inconsciencia, con lo que representa, con que sus mayores preocupaciones sean: elegir la ropa para vestir, decidir qué alimentos tomar o qué modelo de coche comprar. Porque no soporto que no entiendan o se cuestionen qué es la vida, dónde nos encontramos, qué supone estar aquí, qué supone habitar un universo del que nada sabes, cómo es posible tener consciencia/alma/mente si estamos formados por los mismos átomos que el planeta que habitamos. 

Busco respuestas, consciente de que seguramente voy a encontrar más preguntas, aunque espero sinceramente llegar a conclusiones, conclusiones sólidas sobre las que empezar a construir. Busco saber identificar mis necesidades, mis deseos, conocer mi propia persona, porque si no somos capaces de conocernos a nosotros mismos, es muy difícil llegar a conocer algo extremo a nosotros. Busco ese estado de autoconsciencia máxima, porque así, seguro pondré orden en mi propia persona, calmaré ese torbellino que te lleva a contradicciones, a un estado cicloanímico, y una visión pesimista del mundo. Busco ser feliz. Odio que todo el maldito mundo sea feliz con sus simplerías, sus rutinas y sus banalidades. A veces me gustaría olvidarlo todo, volver a la inconsciencia y ser feliz, conseguir que cosas como un coche nuevo me llenen. Son felices porque no se preguntan nada, no saben ver nada. Odio que ellos puedan serlo con cosas tan simples y yo no. 

Aspiro a no caer en los convencionalismos sociales, a tener siempre un juicio autónomo y crítico, a no perder nunca de vista lo realmente importante, aquello a lo que de verdad vale la pena dedicarle tiempo. 

Busco mi vida, me busco a mí misma y espero encontrarme.

Cadenas con sabor a libertad.
M.F.P.

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