lunes, 9 de abril de 2012

Ahora ves la vida desde una perspectiva. Es como... cuando vas al oculista y te gradúa la vista: cuando va cambiando los cristales intentas adivinar cuando cambia a la pestaña que no lleva cristal alguno. Pues esto es parecido. Ahora ves la vida de una forma completamente opuesta de la que la veías hace muy poco tiempo atrás, y cuando digo muy poco me refiero a muy, muy poco. Todo lo que antes era traición, ahora es honestidad, lo que antes era odio, ahora es cariño, lo que antes era tenebroso ahora tiene luz propia. Y es imposible. Es completamente imposible que el mundo cambie, y menos tan drásticamente, de blanco a negro. No cambia en absoluto, siempre permanece igual, somos nosotros los que cambiamos, los que lo vemos de una forma u otra, los que lo vemos bajo una lente u otra. Y cuando nos damos cuenta de este hecho, como es lógico y de esperar, intentamos adivinar cuál de esas dos visiones del mundo es real, cuando vemos el mundo sin lente alguna, y cuando lo hemos creado nosotros, cuando le hemos puesto una graduación, cuando le hemos impuesto la lente. ¿Y como saberlo? Las dos parecen tan reales, ambos son tan opuestos, son los dos extremos de la recta, ¿por cuál nos declinamos? El mundo no puede ser ni tan miserable ni tan bonito. O sí. Entonces ¿con cuál nos quedamos? Si eres pesimista con la primera, el mundo es un esperpento, si eres optimista el mundo es el paraíso. Y si eres consciente de estas dos categorías e intentas no caer ni en una ni en otra... no sabes con cual quedarte. Te quedas con el punto medio supongo, aunque sea un punto que nunca has conocido. Y acabas por pensar que existe la honestidad pero también la traición, que es un hecho. Te das cuenta de que hay sinceridad pero también interés y manipulación, y no queda otra. Y así con todo, tienes presentes las dos caras de la moneda, pero nunca podrás volver a creer ciegamente en nada, siempre saltará la alarma que te recordará que nada bueno queda libre de algo malo. Es el equilibrio, es el universo, lo es todo.


M.F.P.
Metamorfosis

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